23/9/12

Sin miedo, por Ana Delgado

Acerco mi mano
a una jauría
de animales asustados.
Le miro a los ojos
señor policía

no le tengo miedo
usted
también
desayuna
desgracias.

El lactante crece y grita

y vomita
a marchas forzadas.
Empieza siendo algo
y se olvida de sí mismo.

¡Oh, capitán, mi capitán!


La mistela nos devora

y naufragamos entre heces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario