19/7/12

Sin título, Nemo


     Hay una diosa desnuda y muerta en la cama, al menos muerta para mí de la misma manera que es bella para mí; ya la he vivido, vivido para mí. “Mi”, no conozco nada fuera de esa palabra –no creo que nadie lo haga porque sólo vivimos lo que vivimos- y sin embargo no la entiendo como posesivo, no quiero poseer nada. Ella nació hace unas horas, entre palabras confusas y borrosas por la luz de la noche, y muere aquí con la claridad del día; “maldita vieja fisgona, ¡márchate!” No recuerdo su nombre, no sé ni de sus dichas ni de sus desdichas, ni las sabré. 

     Nacemos y morimos todos los días. Nacimos en alguna calle perdida de tribunal, follamos y moriremos del todo cuando el ruido de la puerta al cerrarla tras de mí dicte sentencia; y conozco esta jueza: ¡nos dará pena capital!  No somos ni cuerpos, ni almas, ni nada; somos momentos. En fin, adiós, me largo de éste.    

     Es siempre la misma historia; no importa lo Diosa que sea, yo no soy religioso…

1 comentario:

  1. De verdad, una experiencia muy privilegiada la de leerte. Un beso

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