Desde los más profundos, oscuros y podridos rincones de mi organismo,
siento un rechazo superlativo de la gente normal. Esas putas personas a las que
sólo les interesa su diminuto y ridículo círculo en el que se relacionan, sin
querer saber que existe un abanico ilimitado de experiencias y sensaciones que
nunca podrán abrazar. Yo soy una de esas asquerosas personas.
Decidido a dar el paso me percato del estancamiento en el que me
encuentro, un círculo vicioso que me atrapa con sus mugrientas rutinas y que
hacen que me sienta seguro en él. Los amigos, las calles, mi mente, son siempre
las mismas imágenes, ni siquiera soy capaz de satisfacer mi instinto animal con
otra animal que no sea mi novia, por aquello de la normalidad, una puta y
jodida normalidad que siendo superflua y repetitiva me transmite un halo de
seguridad personal que todo lo invade ¿Seguridad ante qué? No lo sé,
probablemente ante mí mismo.
Miedo... Miedo que siempre existe. Para siempre. Miedo ,que acompaña desde el principio hasta el final. No es la seguridad, que impide de romper estos malditos circulos, es miedo, miedo de sufrir...Porque en lo mas profundo de nosotros mismos
ResponderEliminarsabemos, que estamos atrapados para siempre en este ridiculo mundo,que se llama "la realidad".
Y en los mas escondidos rincones de nuestro organismo esas ganas de sobrevivir subyacen,aunque no las aceptemos.